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¿Por qué se agotaron los abonos para el festival O Son do Camiño en menos de 2 horas?

Volaron. Los 20000 abonos que se pusieron a la venta ayer para el festival O Son do Camiño, que se celebrará en Santiago los días 28, 29 y 30 de junio, tardaron menos de hora y media en agotarse. ¿Por qué? Bueno, además del atractivo cartel con The Killers, Lenny Kravitz, Franz Ferdinand, etc, una de las razones de peso fueron los precios promocionales para las primeras entradas: los primeros 2000 abonos a 39 euros, los 3000 siguientes a 49, y otros 6000 a 59, todos con sus gastos de distribución aparte. Asimismo, se establecía que de esos 11000 en adelante se mantendría un precio (superior al de 59, claro está) hasta nuevo aviso.
¿Qué pasó finalmente ayer? Pues bien, miles de festivaleros esperábamos ansiosos hacernos con algún abono para el festival, así que nos conectamos a la web de venta de entradas. La primera inexactitud que hubo fue que se anunciaron dos puntos de venta: a través del portal de venta de entradas y desde la propia web del festival. En realidad, en la web sólo había un enlace que te redirigía a ese portal, por lo que solamente existía un punto de venta. Antes de las 10, todos como clavos esperábamos ante una cuenta atrás que nos redirigiría a una «cola virtual» de espera hasta que nos llegase el turno de comprar entradas.
Lo reconozco, nunca he estado en una cola virtual, y eso que llevo más de 15 años comprando entradas para conciertos y festivales. ¿En qué se diferencia una cola virtual de una cola de espera real? Pues atentos, porque en una cola virtual no importa que hayas sido el primero en acceder a la web, los turnos se asignan de manera aleatoria. Estupendo. Esto es como si vas a pagar al supermercado y cuando vas a pagar le dicen al último de la fila (y no me refiero a Manolo García) que va antes que tú. Completamente surrealista. Así que así nos quedamos miles de personas, mirando fijamente a una barra verde que tardaba una eternidad en completarse. 
Entretanto, todos consultábamos las redes sociales viendo como algunos presumían de haber conseguido abonos y dábamos por hecho, claro está, que tendríamos que conformarnos, con suerte, con conseguir los abonos a 59 euros como poco. Lo lógico hubiese sido que, en caso de agotarse esos 11000 (2000+3000+6000) abonos a precio promocional, se hubiese cerrado la venta y anunciado un nuevo precio fijo y un nuevo día de venta. ¿Qué pasó? Pues que nos enteramos a través de las redes sociales de que habría dos nuevos tramos esa misma mañana, uno a 69 y otro a 79 euros.
Tras una hora esperando (sí, una hora), cual fue nuestra sorpresa al saber que ya sólo podríamos adquirir abonos a 79 euros. Los interrogantes (atención al dato) significaban que se había iniciado la compra, pero si alguien no la finalizaba esos abonos podrían quedar libres. ¿Qué hacer en este caso? ¿Esperar o lanzarse a por los abonos a 79 euros? Visto que por mucho que esperabas aquello no cambiaba (ni a agotado ni a disponible), decidimos recargar la página. Gran error. Eso significaba volver a la cola, y por tanto, reducir al mínimo las posibilidades de compra.
Así que, como ya supondréis, nos quedamos sin entradas. Algunos planteaban que una de las soluciones podría haber sido que las entradas fuesen nominales (aunque eso implicaría que si finalmente no pudieses ir esos días, perderías tu dinero), pero otros pensamos que «limitar» las entradas a 6 por persona no era suficiente (por muchos amigos que tengas), y no hablemos de la cola virtual. A mí, que te asignen un turno de forma aleatoria me inspira muy poca confianza, por mucho que la web se arriesgue a que se saturen sus servidores y se cuelgue la web.
En la web del festival O Son do Camiño, ayer mismo y ante las críticas recibidas, la organización colgó un comunicado oficial sobre la venta de abonos que podéis leer aquí.
Según el dossier de prensa colgado en su web, el recinto acogerá a 24000 asistentes cada día, por lo que es de suponer que se vendan 4000 entradas diarias para cada jornada del festival, una vez hecha la distribución del cartel por días, aunque todavía desconocemos el precio (la organización sí que ha aclarado que nunca podrá superar al precio más alto de los abonos, 79 euros). 
¿Podría haber capacidad para más asistentes? Probablemente, pero tras el desastre del concierto de Bruce Springsteen en 2009, nadie se atreve ya a forzar la máquina y prefieren quedarse cortos a pasarse, con los consiguientes problemas de seguridad que podría ocasionar.
Un éxito de ventas, sí, pero no deja de ser triste. Es triste que sea más fácil asistir a un festival a 1000 km de tu casa que a uno que sólo está a 60, pero qué se le va a hacer. Más todavía sabiendo que hay cientos de entradas revendiéndose por precios astronómicos en diversas webs, redes sociales, etc, y que hay muchísima gente con ganas de ir al festival que se ha quedado sin entradas. Cruzaremos los dedos para que los artistas que más ganas tenemos de ver coincidan en el mismo día y conseguir una de las entradas. No sé si hacer una cola virtual desde ya o ponerle una vela a Santa Rita, creo que mis posibilidades de éxito serán las mismas.

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