cine y tv

Bodas de Plata: «Batman» (1989)

A día de hoy, las adaptaciones de los cómics de superhéroes a la gran pantalla son el pan nuestro de cada día, pero esto no siempre ha sido así. En los años ochenta, la saga iniciada por «Superman» (1978) era probablemente la única con gran éxito de taquilla, pero su rentabilidad y calidad fue bajando progresivamente hasta llegar a su cuarta entrega, que apenas cubrió costes y enterró la saga durante casi 20 años.
Cuando la Warner Bros acudió a Tim Burton para contratarle como director de la primera película sobre el hombre murciélago, que coincidiría con el 50 aniversario del personaje en 1989, Burton acababa de debutar con «La Gran Aventura de Pee-wee» (1985). Aquella adaptación de un serial televisivo de éxito fue también un pelotazo de la taquilla en su día, lo que llevó a los peces gordos de la Warner a confiar en Burton. «Bitelchús» (1988) confirmó las expectativas depositadas en Burton, y la Warner dio luz verde al proyecto de Batman.

El interés de la Warner por llevar a Batman a la gran pantalla se reafirmó tras el éxito de las novelas gráficas «The Dark Knight Returns» (1986), de Frank Miller, y «Batman: The Killing Joke», de Alan Moore. No sólo confirmaron el interés por el superhéroe, sino que inspiraron el tono de la película, un Batman atormentado por su pasado y una Gotham City oscura donde el crimen campa a sus anchas, una visión bien distinta de la serie televisiva de los años 60, de estética muy «pop» y orientada hacia un público más infantil.

Con Sam Hamm escribiendo el guión y Burton ya contratado, faltaba saber quienes encarnarían a los personajes principales. Muchas grandes estrellas de la época encabezaban la lista para enfundarse el traje de Batman, entre ellos Charlie Sheen, Mel Gibson o incluso Bill Murray, pero uno de los productores, Jon Peters, manifestó su preferencia por Michael Keaton. Burton, que le había dirigido en «Bitelchús», logrando probablemente la mejor interpretación del actor hasta esa fecha, accedió encantado. Sin embargo, Keaton era entonces más conocido por sus papeles en comedias y los fans de los cómics no le querían como Batman. En aquella época no se podía protestar por internet, claro, así que los seguidores del hombre murciélago no tuvieron más remedio que protestar a la vieja usanza. La Warner recibió alrededor de 50000 cartas de protesta, pero no eran los únicos en contra de la elección de Keaton. El guionista Sam Hamm y el creador del personaje de Batman, Bob Kane, tampoco estaban de acuerdo, probablemente, como ha dicho Burton, «porque creían que íbamos a hacer lo mismo que se había hecho en la serie televisiva».

La elección del Joker tampoco fue fácil. Entre los nombres que se barajaban estaban los de Tim Curry («The Rocky Horror Picture Show»), Willem Dafoe o, atención a como podría haber cambiado la historia, David Bowie. Pero lo cierto es que Bob Kane siempre pensó en Nicholson, y no pararon hasta contratarle. Nicholson puso sus condiciones: un sueldo de 6 millones de dólares y un porcentaje de la taquilla, que le supuso más de 60 millones de beneficios, dado el éxito de la película.

Otro de los personajes de más importancia en el film era el de Vicki Vale, la chica que se enamora del superhéroe enmascarado. Lo cierto es que Sean Young (ya sabéis, la replicante de «Blade Runner») era quien iba a interpretarla e incluso comenzó el rodaje, pero se lesionó montando a caballo y hubo que reemplazarla. Años después, ella misma reconoció que aquel incidente cambió toda su carrera, ya que haber tenido un éxito como «Batman» habría supuesto su consagración definitiva y no el comienzo de su decadencia artística, como resultó ser. Se sugirió que fuese Michelle Pfeiffer su sustituta, pero en aquel momento Keaton salía con ella y dijo que sería demasiado raro rodar juntos (posteriormente sería Catwoman en «Batman Vuelve»). En lugar de ella, fue Kim Basinger la encargada de dar vida a Vicki Vale, un papel que supuso un espaldarazo definivo a su carrera más allá del mito érotico en el que la había convertido «Nueve Semanas y Media» (1986).

El «Batman» de Tim Burton fue el pionero del cine de superhéroes tal y como lo conocemos hoy día. Con él se rompió definitivamente con la imagen infantil e idílica de los superhéroes de cómic y se le dio una dimensión más adulta a los personajes. Batman representa el lado oscuro y atormentado del millonario Bruce Wayne, y dista mucho de ser perfecto. Quizás por primera vez en el cine de superhéroes, la línea entre el bien y el mal se muestra mucho más confusa.

Otro de los grandes aciertos de la película es, sin duda, el aspecto artístico. Anton Furst diseñó junto a Burton el aspecto que tendría Gotham City, con claras influencias del «Brazil» (1985) de Terry Gilliam. Una ciudad gris y oscura que Batman recorría con su impresionante «batmóvil», creado por Furst junto a Derek Meddings y Keith Short. Debajo de aquella impresionante carrocería se escondía un mítico turismo norteamericano, el Chevrolet Impala. No podemos olvidarnos tampoco del mítico traje, diseñado por Bob Ringwood.

Por otro lado, está la música. Danny Elfman, compositor fetiche de Burton, fue el encargado de componer la mítica banda sonora del hombre murciélago, un tema inconfundible hoy día que suena durante los créditos iniciales. Sin embargo y pese a la negativa de Burton, los productores insistieron en acompañar las apariciones del Joker con canciones de Prince. Una idea no demasiado acertada y que constituye probablemente uno de los mayores defectos de la película.

Los años no pasan en balde y es inevitable que surjan comparaciones entre el Batman de Burton y el de Christopher Nolan. Su trilogía de «El Caballero Oscuro» retomó al superhéroe, maltrecho tras la fallida «Batman & Robin» (1997), de Joel Schumacher, y le dio una carga emocional y narrativa que no había tenido antes. También es inevitable comparar al grandísimo Christian Bale con Michael Keaton o a la enorme interpretación del Joker de Heath Ledger con la histriónica recreación de Nicholson, pero las comparaciones resultan siempre odiosas.

«Batman» es ya por derecho propio un clásico del cine de superhéroes, y en su momento muchos quisieron emular su éxito con fallidas adaptaciones de «Capitán América» (1990) u otros superhéroes menos conocidos como «Rocketeer» (1991), curiosamente dirigida por Joe Johnston que, diez años más tarde, dirigiría «Capitán América: El Primer Vengador» (2011). Todas ellas fracasaron en el intento, y el éxito del film daría pie a una secuela también bastante buena y de nuevo dirigida por Burton, «Batman Vuelve» (1992).

Veinticinco años después de su estreno, «Batman» sigue conservando cierta frescura y el encanto de entonces. Y aunque ya no pueda competir con la visión de Nolan del personaje, es la pionera y la inspiración, una nueva forma de entender el cine de superhéroes que demostró que los cómics ya no eran sólo cosas de niños.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos
Responsable Juan José Conde Fernández +info...
Finalidad Gestionar y moderar tus comentarios. +info...
Legitimación Consentimiento del interesado. +info...
Destinatarios No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal +info...
Derechos Acceder, rectificar y cancelar los datos, así como otros derechos. +info...
Información adicional Puedes consultar la información adicional y detallada sobre protección de datos en nuestra página de política de privacidad.