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Bodas de Plata: Depeche Mode – 101 (1989)

A menudo da la impresión de que cuando un grupo decide sacar un disco en directo es bien por falta de ideas, bien por cumplir obligaciones de contratos discográficos o simplemente por seguir sacándoles los cuartos a sus fans después de una extensa gira.
«101» no entra en ninguno de estos casos. Estamos ante uno de los mejores discos en directo de la historia, y no lo digo por decir. «101» es un doble disco en directo, pero también un documental. Lo que en un principio Depeche Mode habían planteado como una película que reflejase cómo la banda encajaba en los años 80 (fueron una de los grupos más adelantados a su tiempo), dio un giro radical cuando decidieron que el realizador fuese D.A. Pennebaker, que ya había trabajado con Bob Dylan y David Bowie. La idea de Pennebaker fue mucho más arriesgada y original. «101» sigue a la banda de camino al concierto y a un grupo de fans que viajan a través de América para ver a Depeche Mode en el Pasadena Rose Bowl.
Ese concierto es, en concreto, el número 101 de su «Music for the Masses Tour», que curiosamente arrancaba en el Pabellón de la Ciudad Deportiva del Real Madrid el 22 de octubre de 1987. Una gira que terminaba aquí, en Pasadena (California), congregando a más de 60000 personas (cifra que sigue siendo apabullante a día de hoy).

Son curiosas muchas de las cosas que vemos en el documental. Por ejemplo, la preocupación del mánager, que piensa que siendo vacaciones quizás no se vea el estadio demasiado lleno, uno de los fans parando el bus cerca de su casa para recoger algunas cintas vhs para el viaje, la fascinación de Martin Gore por la música country o el modo artesanal en el que se manejaban las luces sobre el escenario. Entre esas curiosidades está la de Alan Wilder explicando por qué entonces no tenían un batería, explicando cómo tenía todo lo que necesitaba en su sintetizador y las percusiones electrónicas que iban conectadas a él. No menos curioso resulta comprobar cómo Wilder era uno de los pilares de la banda. A menudo era el primero en hablar en las ruedas de prensa, se preocupaba por todo lo que iba a pasar sobre el escenario e incluso se comenta que todo el concepto de «101» partió de él.

Para escoger a los fans, se convocó un casting que aparece en la película, al que se presentaron cientos de seguidores del grupo. Fueron escogidos sólo unos pocos (los más variopintos, dicho sea de paso) para cruzar gran parte de los Estados Unidos hasta llegar al concierto de Pasadena. El grupo quería que los fans se sintiesen representados por aquel grupo de chicos y chicas modernas, aunque Pennebaker (en la foto de arriba junto al grupo) se centra más en retratar una juventud preocupada sólo por su aspecto, el alcohol, salir de fiesta y la música que les gusta (al fin y al cabo, en muchos momentos da la impresión de ser un viaje de fin de curso).

Sin embargo, sería un error pensar que en «101» vamos a ver ese concierto completo que dieron los británicos aquel 18 de junio de 1988 en Pasadena. Pennebaker sigue a los fans y quiere transmitir su experiencia, sus sensaciones, ese viaje para ver a sus ídolos musicales. En la segunda mitad del documental es cuando se centra más en el concierto, incluyendo temas como «Behind the Wheel»,»Just Can’t Get Enough» o «Never Let Me Down Again» (sin duda uno de los momentos cumbre del concierto), pero no fue hasta 2003, con la edición en DVD del documental, cuando se incluyó un segundo dvd en el que se incluían 12 canciones del directo íntegras por primera vez, haciendo las delicias de los fans.

Para escuchar el concierto completo debemos acudir al disco, con 20 canciones que recogen uno de los momentos cumbre de la carrera del grupo, justo cuando estaban consiguiendo la fama y el reconocimiento que han conservado todo este tiempo. Es un hecho incontestable que canciones como «Blasphemous Rumours», «Behind the Wheel», «Black Celebration», «Stripped» o «Never Let Me Down Again» son himnos que siguen sonando tan actuales hoy día como entonces. Aquella formación, entonces cuarteto junto a Alan Wilder, fue la que nos regaló obras maestras como «Violator» (que sería su siguiente disco), «Music for the Masses» (1987) o «Black Celebration» (1986), entre otras, y que aquí se encontraba en uno de sus mejores momentos.

La única pega es que ni siquiera en su reedición de 2003 en dvd se incluyeron subtítulos en español. Tan sólo la edición en UMD (formato para la PlayStation portátil) los incluía, así que sigue siendo complicado conseguir ver el documental con subtítulos en nuestro idioma.

«101» es también una muestra de cómo Depeche Mode han llegado a ser quienes son. No en lo musical, eso es algo que ya sabemos, sino en la promoción masiva de sus conciertos para todos los medios, el montaje del espectáculo o la explotación del merchandising que ahora vemos en otros grupos de estadio como Muse, por poner un ejemplo.

Aún así, «101» bien merece el esfuerzo de ser vista en inglés. Un documental sobre un directo pero que no es un directo, es algo más y trata de ofrecer algo original. Y del disco, ¿qué os puedo decir? Hasta entonces sólo las bandas de rock grababan álbumes en directo, pero Depeche Mode fueron pioneros también en este sentido, llevando la música electrónica a los estadios. Música para las masas, ni más ni menos, que se publicaba hace hoy 25 años. Feliz aniversario.

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