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Festival Vodafone Paredes de Coura (viernes 18 de agosto)

 

El viernes fue uno de los días que reunió más estilos musicales variados. No había un claro cabeza de cartel, aunque el nombre más popular fuese el de Beach House, probablemente. Aún así, había varias propuestas interesantes, como las de Japandroids, Young Fathers o BadBadNotGood.

 

 

A primera hora de la tarde tuvimos la oportunidad de acercarnos a ver una de las Vodafone Music Sessions a cargo de Moon Duo. Las Vodafone Music Sessions son una serie de conciertos íntimos, no necesariamente acústicos, que se celebran al aire libre durante los días del festival. Éste en concreto tuvo lugar en el centro de la villa de Paredes de Coura, y fueron muchos los que se acercaron a verlo, además de todos los que estaban tomando algo en las terrazas y se toparon con un concierto por sorpresa. Moon Duo, que tocarían horas después en el festival, tocaron tres temas que fueron alargando hasta llegar a la media hora. Psicodelia rock y noise en estado puro.

 

 

Cuando nos acercamos al recinto, el canadiense Andy Shauf tocaba ya en el Palco Vodafone FM. Lo poco que había escuchado de su música me gustó, pero lo cierto es que en directo echaba algo en falta. Sus canciones son maravillosas, piezas de orfebrería pop y folk, pero quizás la sensación hubiese sido distinta en una sala. A lo mejor lo que falló fue la selección de canciones, no especialmente acertada para un festival. En cualquier caso, se echó en falta una pizca de magia que nada tiene que ver con el estilo musical (Kings of Convenience lo demostraron hace unos años en el festival). Esperamos volver a disfrutar de su música en mejores ocasiones.

 

 

La sorpresa del día, con mayúsculas, la dieron los escoceses Young Fathers. Su concierto fue espectacular y fueron de menos a más, hasta un final por todo lo alto. Ganadores del Mercury Prize en 2014 por «Dead», su álbum de debut, Young Fathers se subieron al Palco Vodafone con paso firme y una seguridad a prueba de bombas. Cuatro personas sobre el escenario, tres voces, percusiones y electrónica que hicieron temblar los cimientos de Paredes de Coura. Hip-hop, electrónica, neo-soul… qué demonios importa cuando la música es buena y emociona. Nos hicieron saltar, bailar y corear temas como «Rain or Shine», «I Heard», «Only God Knows», «Get Up» o ese final apoteósico con «Shame».

 

 

Hubo emociones, baile, sentimiento… todo lo que uno le puede pedir a un concierto. Y hubo química con el público, por supuesto. Había que rendirse a los pies de una banda que se apoderó del escenario y nos dejó un concierto de los que se recuerdan toda la vida, poniendo el listón tan alto al resto de los grupos que, en mi humilde opinión, nadie pudo hacerles sombra en la noche del viernes.

 

 

Cuando uno planea y escoge los grupos a los que quiere ver en un festival, a veces se equivoca. Fue un completo error no asistir al concierto de BadBadNotGood. Por lo poco que pudimos ver desde lejos y leer en los medios, los canadienses, entre el jazz y el hip-hop instrumental, dieron uno de los conciertos más aplaudidos del festival. Lograron el favor del público con una propuesta arriesgada para cualquier festival, y fue una verdadera lástima que nos lo perdiésemos.

 

Me decepcionaron un poco los portugueses Octa Push. Canciones como «Please, Please, Please», con la voz de Catarina Moreno tienen su punto y son perfectas para la pista de baile. En directo, en cambio, con las voces pregrabadas y la formación de batería, bajo, teclados y electrónica, se echa en falta algo más. Al poco rato, los temas comienzan a parecerse demasiado entre sí y se la cosa se hace algo repetitiva, aunque esto sólo es una opinión personal, claro.

 

 

Estos días se publicaba una entrevista a Brandon Flowers (The Killers) en la que afirmaba que las bandas de rock de hoy en día ya no tienen tanto éxito porque «no son suficientemente buenas». Probablemente no haya escuchado nunca a Japandroids. El dúo canadiense de batería y guitarra forma parte de una generación que ha probado que con sólo dos instrumentos pueden hacer rock como si fuesen una banda: The White Stripes, Blood Red Shoes, The Black Keys… Con «Near to the Wild Heart of Life» (2017), el tan temido tercer álbum, se han consagrado como un grupo imprescindible dentro de la escena rock contemporánea. Su puesta en escena es sencilla pero muy bien pensada: Brian King a un lado con su guitarra y un montón de amplificadores detrás, David Prowse al otro con su batería sobre una plataforma y, de fondo, 5 potentes fuentes de iluminación para que el público no pierda detalle de lo que hace el dúo sobre el escenario.

 

Empezaron con fuerza, con ese temazo homónimo con el que abren su último disco, «Near to the Wild Heart of Life» (si ese estribillo …so I left my home and all I had/ I used to be good but now I’m bad… no es puro rock, no sé qué demonios lo es). «Arc of Bar», «No Known Drink or Drug» o «North East South West», de la que dijeron que grabaron un videoclip en Porto que pronto veremos, fueron parte del sólido repertorio que tocaron. Para acabar, todo un pelotazo como es «The House that Heaven Built». Rock puro y duro. Japandroids se confirmaron como una de las mejores bandas de rock del momento, dando uno de los grandes conciertos del Paredes de Coura.

 

Beach House se hicieron esperar. Nada menos que 35 minutos de retraso sobre la hora prevista, aunque sí que es cierto que recuperaron el tiempo perdido después. Con el dúo de Baltimore me pasa algo curioso, y es que la primera vez que les vi en una sala (el Hard Club, en Porto) disfruté muchísimo y les vi muy bien. En cambio, cuando les vi en el festival NOS Primavera Sound la sensación fue completamente distinta: la iluminación, demasiado escasa para verles bien, y el espacio demasiado amplio como para lograr el ambiente intimista que buscan. Cuando salieron a tocar, el público ya se impacientaba. Respecto al sonido, ningún pero. Beach House suenen tan bien en directo como lo hacen en sus discos. Lo que a un servidor le cuesta entender es ese empeño en iluminar tan poco a la banda, lo que hace directamente imposible distinguirlos desde cierta distancia.
Su repertorio incluyó temas ineludibles como «Wishes», «Sparks» o «Wild», y otras canciones como «Walk in the Park», «Silver Soul» o «Elegy to the Void», de su última entrega «Thank Your Lucky Stars» (2015). Fue un buen concierto pero no ayudó ni la escasa iluminación, ni la hora, ni ese retraso que aún hoy no sabemos a que se debió. Faltó química con el público y algo más de chispa. Ni siquiera el final con «Myth» dió lugar a la ovación que se esperaba.
Ya sólo quedaba la traca final, el último día del Paredes de Coura en el que se esperaba un lleno absoluto y una jornada épica.
Fotografías: Hugo Lima (cortesía de la organización del Vodafone Paredes de Coura)

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