conciertos

Patrick Wolf, Casa das Artes, Vila Nova de Famaliçao, 25-01-13

Pese a las malas noticias económicas que nos llegan desde el país vecino (hermano, podríamos decir los gallegos), a menudo incluso peores que las de nuestro país, que ya es decir, resulta admirable el esfuerzo cultural incansable de los lusos a la hora de organizar conciertos. Estando las cosas mal como están, el IVA de los conciertos se mantiene en un 13% y parece de coña que ver a Patrick Wolf sentado y todo costase sólo 10 euros (aquí no creo que bajase de 30 pavos, y eso como mínimo). Vale que hay que sumar gastos de desplazamiento y tal, pero a veces merece la pena.
En 2011 se pasó por la viguesa sala Mondo para presentar el que fue, para mí, mejor disco de aquel año, «Lupercalia». En esta ocasión , Wolf no pasó por territorio galaico, por lo que los que queríamos oír «Sundark and Riverlight» (2012) en directo, algo así como un grandes éxitos reinterpretados en clave acústica, tuvimos que cruzar la frontera para poder disfrutar de su música.
El concierto empezó con sorpresa. Una maravillosa versión acústica de «Time of My Life», no incluida en el mencionado (y doble) disco, que nos recordó a muchos porque valía la pena volver a ver a Patrick. Aunque yo pensaba que no habría demasiadas sorpresas respecto al disco, lo cierto es que el británico alternó temas incluidos en el álbum como «London», «Together» o «Bluebells» con otros cuyas versiones acústicas eran inéditas como «Tristan» o «Armistice». Sólo al piano, con la guitarra, con el violín o con el arpa, Wolf sigue dando brillo a unas canciones que no parecían tan desnudas cuando se veían arropadas en el escenario por un clarinete, un acordeón u otro violín.
De las varias canciones que introdujo el artista con unas palabras, destacó especialmente «Berdmonsey Street», que Wolf compuso en favor de la libertad de expresión, de credo religioso, de orientación sexual… en fin, la libertad en toda la amplitud del término. Una preciosa interpretación que dio paso a otro de sus temas más populares, «The Magic Position», con el que se despidió antes del bis.
Una ovación de unos 5 minutos (pataleo y puesta en pie de algunos de los presentes incluida), de las que pocos artistas son capaces de provocar, hizo que Patrick volviese al escenario muy agradecido y decidiese dedicar la primera canción del bis a Portugal. Ese tema no era otro que «Hard Times», una canción más que apropiada para los días que vivimos mientras seguimos esperando que lleguen tiempos mejores.
Tras presentar a la banda, Wolf escogió para despedirse otro tema no incluido en el álbum, «The City», que fue toda una sorpresa que animó a todos los presentes y puso el punto final a un concierto emocionante y distinto, mostrando el lado más íntimo de las canciones de Patrick. 
Al final, por mucho que intentemos resistirnos, los portugueses siempre consiguen que volvamos a su tierra a escuchar buena música. Menos mal que nos queda Portugal.

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