Vodafone Paredes de Coura 2024 (15 agosto): L’Imperátrice de Portugal
Si el miércoles ya se notó una mayor afluencia de público que en otras ediciones del festival (más aún tratándose de un día de semana), el jueves no fue para menos. Se oía más español (con esto no me refiero a gallegos, que llevamos ya muchos años asistiendo al festival), probablemente más atraído por la experiencia en sí del festival (el entorno, el ambiente, la acampada) que por el cartel, algo cada vez más habitual en casi cualquier festival.
Después de un ratito en la playa fluvial, nos acercamos al recinto para una jornada que ya afrontamos con más calma tras el atracón inicial del primer día. Llegamos para ver a Deeper sobre el Palco Yorn. La banda de rock alternativo, que ha teloneado a Depeche Mode en algunos de los conciertos de su última gira europea, calentaba el ambiente con sus temas eléctricos y pegadizos.
En un nuevo guiño a la comunidad brasileña y luso-parlante, el Vodafone Paredes de Coura decidió apostar por Gilsons. Fusionando pop, rock o samba, la banda brasileña contó con el apoyo del público desde el primer momento. Los más fans portaban banderas de Brasil en las primeras filas, coreando cada letra que se sabían al dedillo. No en vano, los Gilsons son hijos y nietos de Gilberto Gil, el mítico artista brasileño, así que de casta le viene al galgo. Su concierto fue muy celebrado y la comunidad lusa y brasileña los recibió con una cálida acogida.
Los norteamericanos Wednesday eran una de las bandas más esperadas del jueves en el Palco Yorn. Aclamados gracias a su último trabajo, «Rat Saw God», el grupo desplegó su buen hacer sobre el escenario con su rock alternativo con influencias country, remarcado sobre todo por la steel guitar de Xandy Chelmis. Las canciones sonaban cercanas y cálidas en la voz de Karly Hartzman, en un concierto que estuvo entre lo mejor del día.
Sleater-Kinney llegaban al Vodafone Paredes de Coura para presumir de nuevo disco (el excelente «Little Rope») y, de paso, reivindicar su legado desde sus inicios en los 90. Arrancaron con «Hell», un corte muy rockero que abre su último álbum, y con una escenografía que evocaba la portada del disco. Pronto comenzaron a intercalar canciones más míticas como «Jumpers», «Dig Me Out» o «A New Wave», demostrando una energía arrolladora sobre el escenario, con la enorme voz de Corin Tucker y la afilada guitarra de Carrie Brownstein, que no paró de saltar y moverse de un lado a otro durante todo el concierto. Los temas más actuales («Say It Like You Mean It», «Hunt You Down») demostraron encajar perfectamente en su repertorio y estuvieron a la altura de sus clásicos.
Sin embargo, y a día de hoy sigo sin explicarme por qué, la acogida del público fue gélida. El público portugués o te ama o te odia, no admite medias tintas. Tanto es así que su concierto pareció terminar incluso 5 minutos antes de lo previsto. Un recibimiento injusto para uno de los mejores conciertos de esta edición del festival, en el que Sleater-Kinney demostraron estar en plena forma sobre el escenario.
Lo que no podíamos esperarnos fue el conciertazo que dieron L’Impératrice. Las expectativas de la banda ya eran altas tras su paso por el festival en 2022, que recordaron como «un momento clave de su carrera». El público no defraudó. Desde el primer momento los franceses conectaron con los asistentes. Con su puesta en escena retro-futurista, el grupo recordaba a aquella banda imaginada por Daft Punk en «Interstella 5555» (aquel anime que acompañaba su mítico álbum «Discovery»), con la que tienen más de un punto en común (no en vano, incluso se permitieron hacerles un guiño interpretando «Aerodynamic»). Con la carismática Flore Benguigui liderando al grupo, temas tan bailables y contagiosos como «Girl!», «Me Da Igual» o «Agitations Tropicales» convirtieron el Vodafone Paredes de Coura en una pista de baile y energía positiva.
No exageramos si decimos que L’Imperátrice son la banda francesa de pop más chic desde Daft Punk o Phoenix, y es que así la reconocieron los allí presentes. La ovación que recibió el grupo al finalizar el concierto fue la más larga y atronadora que se recuerda en Coura desde la que se brindase a Patti Smith en 2019, ahí es nada. El amor entre L’Imperátrice y el público portugués es un hecho. Solo queda por confirmar si podrán conseguir ese romance con otros países como España.
El directo de los franceses se antojaba a todas luces insuperable, pero todavía nos quedaba festival por delante. Aclamados por el mismísimo Iggy Pop como «la mejor banda norteamericana del momento», Protomartyr se subían al Palco Yorn como una de las bandas de referencia del post-punk actual. Pese a lo trillado del género, no cabe duda de que los Protomartyr tienen grandes canciones («The Devil in His Youth», «Processed By the Boys») y ofrecieron un buen directo.
No es habitual que se programen artistas portugueses en el Palco Vodafone como cabezas de cartel, por eso sorprendía tener al rapero Slow J cerrando el escenario grande el jueves. Sin embargo, demostró ser todo un acierto. Los portugueses se sabían cada letra al dedillo, y lo demostraron desde la primera canción, «Tata». La música urbana se abre camino en Portugal y el Vodafone Paredes de Coura se abre a otros estilos que hasta hace poco eran muy poco habituales en el festival. Por muy desconocido que sea fuera de las fronteras portuguesas, no cabe duda de que el de Slow J fue uno de los conciertos más destacados del día.
Llegábamos al ecuador del festival con una jornada más tranquila y equilibrada, preparados para afrontar 2 días intensos encabezados por 2 nombres propios: IDLES y Fontaines D.C.