Vampire Weekend – Contra (2010)

Si de una banda se ha hablado abundantemente en lo que va de año, esos son sin duda Vampire Weekend. El cuarteto neoyorkino liderado por Ezra Koenig está de moda, y no es para menos.
Uno puede pensar que simplemente han sido afortunados al estar en el sitio y el momento adecuados ofreciendo algo nuevo, sin embargo estos chicos se lo han trabajado y mucho. El jovencísimo Ezra Koenig (cuenta en su haber ahora mismo 25 primaveras) formó Vampire Weekend durante su último año de carrera en la universidad, y fueron ellos mismos quienes se auto-produjeron su primer álbum, «Vampire Weekend», tras su graduación, costeándolo mediante sus otros trabajos a tiempo completo. El disco fue todo un éxito, lo que hacía que «Contra» fuese un trabajo muy esperado.
Todo tiene su porqué. El título, «Contra», es un homenaje a un videojuego de acción estilo «Rambo» que fue muy popular a finales de los 80 y principios de los 90. Todos los de aquella generación lo recordamos con cariño, ya que por entonces era el juego que venía pirateado por excelencia en todas las copias de la Nintendo (NES). La foto de la portada es un misterio en sí, ya que Koenig no ha querido desvelar la identidad de la chica, solamente sabemos que fue tomada en 1983 y que fue elegida por el grupo por que «parecía pertenecer al mismo mundo que la portada del primer disco». Otra de las particularidades es que Koenig comparó la imagen con el test de Rorschach, ya que podía tener múltiples significados según quien la mirase. Lo que queda claro es que está relacionada con el mundo de la moda, ya que es un poco la típica imagen de las campañas de moda de Ralph Lauren, de hecho podemos ver el logo de Polo en su ropa.
Imaginemos una fiesta. Mojitos, cócteles con sombrillas de colores, guirnaldas y buena música. La época da igual, invierno, verano, sólo es un estado mental. Con un gesto tan aparentemente inofensivo como rimar «Horchata» con «balaclava» arranca una melodía tropical de ritmo imparable que, sin embargo, cuenta la ruptura de una relación sentimental (aquí viene un sentimiento que pensaste que habías olvidado/ sillas para sentarse y aceras para caminar/ oh lo tenías pero oh no lo perdiste/ mirando hacia atrás no deberías haber luchado contra él). La cosa se va animando, la gente va llegando a fiesta y ya entra bailando. Despúes de un comienzo tan grande, llega «White Sky», y todos nos unimos para corear los «uh-uh’s» soltando gallos a mansalva. Los más tímidos no se resisten ante «Holiday», mientras que «California English» nos devuelve a la música tropical y los ritmos africanos poniendo a bailar al más pintado sin darse cuenta. Tan solo «Taxi Cab» es capaz de disminuir el ritmo y hacernos bailar más lentamente al ritmo de esos sonidos mágicos del teclado. Pero la fiesta tiene que seguir, así que ponemos «Run» y todo el mundo vuelve a bailar como hipnotizado por la música. Los más atrevidos deciden jugar a pasar bajo las mesas como si de un «limbo» se tratase. Empezamos a dar saltos con «Cousins» y nos miramos por el rabillo de los ojos y sonreimos mientras cantamos el I see you shining your way/ go on go on go on de «Giving Up the Gun». Sabemos que la fiesta se va acabando, así que vivimos «Diplomat’s Son» como el gran último baile de la noche y nos contoneamos sin parar. La gente se va yendo, despedidas, besos y abrazos con «I Think UR a Contra» de fondo. Ha sido una fiesta maravillosa, al menos yo me lo he pasado de miedo. ¿Repetimos?

Calificación: 9/10