Vodafone Paredes de Coura 2023 (17 agosto): El regreso de los caminantes

El segundo día del festival venía marcado por un cartel ecléctico, que iba del hip-hop de Loyle Carner al regreso de los míticos The Walkmen, pasando por la siempre inclasificable propuesta de Fever Ray.

Aprovechamos el buen clima (que sabíamos que no duraría) para acercarnos a ver el ambiente de la Praia Fluvial do Taboão. No se puede vivir el Vodafone Paredes de Coura sin acercarse a sus orillas, donde todos los campistas y muchos de los asistentes pasan el día hasta que llegan los conciertos, ya sea leyendo, jugando o simplemente descansado. El espacio es ya una parte vital del festival, tanto es así que desde hace unos años incluso alberga un pequeño escenario, Jazz na Relva, que acoge conciertos a primera hora de la tarde, antes de la apertura de puertas del recinto.

Inauguraba la jornada A Garota Não en el Palco Yorn. La artista lusa presentaba «2 de abril», un álbum que ha sido considerado por la crítica como Mejor Álbum Nacional de 2022. La emoción en la voz de Cátia Oliveira, en un recorrido que va de la música brasileira al pop, pasando por el rap, sorprendió y cautivó al público. Temas como «Predio máis alto», «Dilúvio» o «No Día do Teu Casamento» mostraron a una artista que es parte de la generación que está renovando la música portuguesa, junto a otros artistas como Maro o Conan Osíris.

Llegado de São Paulo, Tim Bernardes congregaba en el Palco Vodafone a sus numerosos seguidores. Canción de autor y bossa nova se daban la mano en la voz de este artista que nos recordaba a Salvador Sobral. Solo con su guitarra y su piano, el artista se ganó al respetable con su buen hacer. «Só Nós Dois», «Nascer, Viver, Morrer» o «Recomeçar» eran coreadas por el público portugués, que cantaba y se sabía las letras al dedillo. Un concierto atípico en un escenario tan grande, que por momentos nos trajo a la memoria al de Kings of Convenience en 2011.

Sin tiempo que perder, volvimos al Palco Yorn para escuchar a los interesantes Avalon Emerson & The Charm. Con una larga trayectoria como dj, Avalon Emerson ha decidido dar un paso adelante y ponerse al frente como vocalista de Avalon Emerson & The Charm. Un proyecto con un toque nostálgico a la new wave de los ochenta, con la dulzura de Saint Etienne y el encanto pop de las bandas sonoras del cine de John Hughes. «Astrology Poisoning» aspira a convertirse en un clásico pop, «Sandrail Silhouette» tiene ese toque dream pop de clásicos como Cocteau Twins, mientras que «Hot Evening» se perfila como una joyita pop sutil y delicada. Mención aparte merece «A Dam Will Always Divide», una pieza electrónica mucho más experimental creada como una hipnótica invitación al baile. Un bonito descubrimiento al que habrá que seguirle la pista.

The Brian Jonestown Massacre, por el contrario, fueron probablemente la gran decepción del festival. Sabiendo ya de antemano que su líder, Anton Newcombe, no es una persona de trato fácil (la relación de amor odio entre The Dandy Warhols y The Brian Jonestown Massacre quedó plasmada en un documental, «Dig!», que se llevó el Gran Premio del Jurado en Sundance en 2004), su directo era la viva imagen de la desgana sobre el escenario. Con el piloto automático desde el principio y una complicidad inexistente entre los músicos, la banda de rock llegó incluso a ser silbada, algo muy poco habitual entre el siempre respetuoso público del Vodafone Paredes de Coura.

Dejamos el escenario grande para volver al Palco Yorn, donde nos toparíamos con una de las grandes sorpresas de esta edición del festival. Como si se tratase de una guerrera post-apocalíptica, Sudan Archives salió a ganar desde el minuto uno. Con el violín como arma y el arco como la flecha a punto de disparar, a Sudan Archives se le quedó pequeño el escenario, logrando el mayor llenazo del Palco Yorn en esta edición. Apenas podía uno moverse entre la multitud que acudió en masa a ver a esta guerrera sobre las tablas. Como una conexión imposible entre la música de Neneh Cherry y Björk, «Nont for Sale», «Milk Me» o «Home Maker» son algunos ejemplos del talento de una artista que escapa a todas las etiquetas. Hip-hop, R&B… un crisol de músicas y culturas que se unen logrando composiciones brillantes como «Selfish Soul». Sin duda, una de las grandes heroínas del festival este año.

Nueve años después de venir a presentar su primer álbum en solitario, «Black Hours» (2014), Hamilton Leithauser volvía al Vodafone Paredes de Coura con The Walkmen. El regreso de la banda en directo, 10 años después de su última gira, prometía ser uno de los shows épicos de esta edición y no defraudó. Abrieron con «Dónde Está la Playa» y su faceta más lo-fi, para pronto romper con «In the New Year» y, sobre todo y especialmente, con «The Rat», con la que pusieron a todo el mundo a botar. Leithauser estaba entregado y el público también.

El concierto fue todo un repaso a su carrera: «138th Street», «Juveniles», «Woe Is Me», «Little House of Savages»… Leithauser recordó con cariño como «Lisbon» (2010) fue un homenaje a Portugal, después de un espectacular concierto en Lisboa que les marcó para siempre.

Para el gran final quedaban «Heaven» y «We’ve Been Had», que sonaba, más que nunca, a despedida: Nos han tenido/ dices que se acabó/ a veces me siento feliz por ser mayor/ Nos han tenido/ sé que se acabó/ de alguna manera se ha vuelto fácil reír a carcajadas. Sonaban los últimos acordes de la canción y el líder de la banda bajaba corriendo a chocar la mano del público en las primeras filas.

Un concierto histórico que fue todo un privilegio poder vivir. Una breve gira de regreso, con fechas y recintos muy escogidos, que eligió el Vodafone Paredes de Coura como su única parada en la Península Ibérica. Por si lo habíamos olvidado, The Walkmen siguen siendo una maravillosa banda cuya música deberíamos reivindicar más a menudo.

Setlist:

01. Dónde Está la Playa
02. On the Water
03. In the New Year
04. The Rat
05. Juveniles
06. 138th Street
07. Thinking of a Dream I Had
08. Blue as Your Blood
09. Four Provinces
10. Angela Surf City
11. Woe Is Me
12. Canadian Girl
13. Wake Up
14. Little House of Savages
15. All Hands and the Cook
16. Heaven
17. We’ve Been Had

En el Palco Yorn, los Desire ya llevaban un rato tocando. El dúo formado por Johnny Jewel (Chromatics) y Megan Louise venía de publicar su segundo álbum, «Escape», 13 años después del primero. Los canadienses tiraron de proyecciones de sus videoclips y animaciones con estética retro, combinando temas propios («Hard Times», «If I Can’t Hold You») con versiones como la de «Bizarre Love Triangle» (New Order) o «Can’t Get You Out of My Head», de Kylie. Jewel no paró de grabar vídeos de los bailes de su compañera Megan en el escenario y de sus posados con una calavera emulando al protagonista de Hamlet.

El cierre con «Under Your Spell», su tema más célebre a raíz de su inclusión en la BSO de «Drive» (2011), fue el momento cumbre del espectáculo. Un buen concierto de synth pop, sin duda alguna, aunque se quedase un poco por debajo de las expectativas.

Loyle Carner fue la gran sorpresa del Palco Vodafone. El artista de hip-hop, nominado a varios Brit Awards y al Mercury Prize, se presentó con una completa banda de músicos. Donde lo habitual es tirar de bases pregrabadas o de un dj a los platos, Loyle desplegó todos los matices de sus canciones con batería, bajo, guitarra y teclados. Desde el principio conectó con los allí presentes en uno de los conciertos más memorables de esta edición. «Ottolenghi», «Loose Ends» o «Damselfly» son solo algunos ejemplos de una forma distinta de entender el hip-hop, más como lenguaje y forma de expresión que como la etiqueta de un estilo musical.  Aunque los limitados horarios de los festivales no le permitieron extenderse todo el tiempo que le hubiese gustado, Loyle acabó su concierto emocionado y recitando un poema ante una multitud que le aclamaba.

La inclasificable propuesta de Fever Ray cerraba el escenario grande. Karin Dreijer, la mitad del dúo sueco The Knife, volvía a poner en escena trajes y maquillajes esperpénticos y aterradores, creando una atmósfera oscura y malrollera para su música. Un espectáculo distinto, pensado para escuchar y contemplar más que para cantar o bailar. Una rareza dentro de la escena musical electrónica que, guste o no, aporta frescura y algo diferente a los que acuden habitualmente en los festivales.

Así cerrábamos la jornada del jueves, en el ecuador del festival, reservando fuerzas para los 2 días que todavía nos quedaban por delante.